La importancia de la somnolencia al volante es tal que, a principios del siglo pasado, la normativa obligaba a los conductores a dormir ocho horas antes de conducir un vehículo a motor.
Se ha calculado que la somnolencia es un factor implicado, directa o indirectamente, en entre el 15 y el 30% de los accidentes de tráfico en España. Como vemos, este mal hábito puede llegar a ser mortal con el tiempo.